El Universo invisible del microbioma humano

Muchxs que nos conocéis ya sabéis lo enamoradas que estamos de la microbiótica y nuestro microbioma. Para los que no, la microbiótica es la disciplina que estudia los microorganismos y su relación con el entorno de una forma holística e integral. Por así decirlo, más que dedicarse a mirarlos a través de un microscopio, la microbiótica sería como un amante de los animales que los estudia en libertad y desde lejos. Y que sonríe mientras les mira interactuar con el entorno o entre ellos, sintiéndose en sintonía.

Porque nuestros pequeños habitantes merecen ese amor y respeto después de ser ignorados o aniquilados durante décadas. Los naturistas y naturópatas llevan prestándoles atención y cuidados desde siempre como quien dice. Pero ya por fin la «ciencia» se ha sumado a ello y ahora el microbioma es un campo de estudio prometedor y en apogeo.

Hoy no queremos echaros una charla de todo esto, sino que os traemos un vídeo precioso del tema. Es posiblemente la animación más bonita que he visto sobre ello. Especialmente para los que nos criamos con «Érase una vez la vida», este tipo de cosas nos emocionan 🙂

Pero sólo está en inglés. Los que lo entendéis sin problemas lo podéis disfrutar tal cual o con los subtítulos. Podéis saltar directamente al vídeo y disfrutar. Pero para los que no dominan el inglés, os ponemos debajo la traducción.

Nos hemos ofrecido a hacer los substítulos en español a los creadores, pero nos han negado la posibilidad. Así que aunque sé que es más incómodo, os transcribimos al narrador aquí. Esperamos que podáis apañaros porque el vídeo vale la pena.

Cuando te mires en el espejo, piensa sobre esto: en cierta manera eres más microbio que humano. Hay 10 veces más células de microorganismos (bacteria, virus, levaduras) que humanas en tu cuerpo, dentro de él o sobre él. Y sus genes son mayoría; 100 genes de microorganismos por cada 1 humano. De hecho, los científicos ya le han puesto nombre a ese conjunto de seres; el microbioma humano.

Todo esto puede hacer que mucha gente salga corriendo a por el gel antiséptico. Pero resulta que muchos de estos microorganismos no son malos, no son gérmenes que nos puedan poner enfermos. La mayoría son de hecho buenos, y sin ellos nuestros cuerpos no funcionan bien. Sin ellos no estamos tan sanos, y de hecho podemos incluso enfermar más a menudo.

La primera pregunta podría ser de dónde viene nuestro microbioma. Bueno, como pasa muchas veces, la cosa empieza con nuestras madres. Cuando el bebé nace, se ve cubierto por los microorganismos de su madre a su paso por el canal del parto. Actúan en el bebé como una especie de semilla con la mezcla perfecta. Combinadas con las bacterias de la leche materna y otros microbios que nos encontramos en estas etapas tempranas, van dando lugar a nuestro microbioma a lo largo de nuestros primeros años de vida.

Nuestra mezcla de microbios se convierte en algo muy personal, como tu huella dactilar o tu tipo de sangre. Pero nuestros microbios tienden a parecerse a los de nuestros padres e hijos, y nos acompañarán la mayor parte de nuestra vida.

Hacen un montón de cosas, como educar a las células de nuestro sistema inmune. Como vemos en este ejemplo, les enseña la diferencia entre aquello contra lo que luchar (patógenos que nos harán enfermar) y aquellos que no son una amenaza, los microbios buenos.

Cuando somos adultos, los microbios se convierten en nuestra primera línea de defensa, luchando contra los gérmenes que intentan invadirnos. Protegen su territorio, y de paso nuestra salud. Los científicos han descubierto que pueden incluso secretar sus propios antibióticos.

Los tipos de microbios de tu cuerpo dependerán mucho de dónde vivan. Igual que en la naturaleza, hay distintos ecosistemas. Hay lugares húmedos como la boca, nariz o axilas. Hay lugares grasos como el cuero cabelludo o la espalda. Y hay lugares secos como nuestros antebrazos. Diferentes especies de microbios se han adaptado a cada uno de estos hábitats.

El mayor y más importante de estos hábitats microbianos está en tu intestino. Es el más complejo, el más diverso. Todo lo que los microbios puedan estar haciendo en otros lugares (combatiendo infecciones, modulando nuestros sistema inmune, señalizando células…) está pasando en el intestino multiplicado. Incluso parece que ayudan a regular el metabolismo: cuánta energía quemamos y cuánta grasa guardamos.

Por eso, si no está funcionando correctamente por alguna razón (por lo que comemos, antibióticos que tomamos…), puede terminar derivando en multitud de enfermedades. Por ejemplo cáncer de colon, colitis, o quizá incluso diabetes u obesidad.

Algunos científicos opinan que la razón de que muchas enfermedades están creciendo es que hemos perdido ciertos microbios intestinales clave. Nuestros microbiomas son muchísimo menos diversos comparados con los de personas que viven en países menos desarrollados o de generaciones anteriores.

Si recordamos cómo obtenemos nuestro microbioma al principio (canal del parto y lactancia), entenderemos que muchos científicos opinen que hay demasiados bebés que no lo están obteniendo. El exceso de cesáreas programadas y lactancias cortas, añadidos a la cantidad de antibióticos que se les dan a los niños hoy en día y la obsesión por la higiene, podrían explicar el auge de asma infantil y alergias. Quizá nuestro microbioma nunca pudo enseñar a nuestro sistema inmune cómo funcionar correctamente.

Quizá el ingerir microbios buenos (probióticos) pudiera prevenir y tratar algunas enfermedades. Así como tomar prebióticos; básicamente la comida que los microbios buenos adoran.

Nos despedimos con un recordatorio. Estas investigaciones son bastante recientes. Todavía nos queda mucho por aprender sobre qué hacen muchos de nuestros microbios. Pero los científicos cada vez tienen más y más claro que estos pequeños organismos son esenciales para nuestra salud y felicidad.

Un comentario de “El Universo invisible del microbioma humano

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