Vuestro propio medidor de felicidad de 2018

Vaaaale, puede que el 2017 no haya sido el mejor año de vuestra vida. Ahora que lo cerramos parece que pesan todos sus males y desaparece la felicidad. Parece que no paran de morir artistas que en mayor o menor medida nos han marcado. En mares y desiertos aiguen muriendo aún más desconocidos que deberían marcarnos más. Corrupción, economía, letargo, femicidios, cambio climático… Parece que en la cena o entre amigos, con «cuñados» o sin ellos, el repaso del año va a ser deprimente. Vaya manera de empezar un nuevo ciclo.

Pero no todo ha sido malo. Seguro que ha habido mil momentos buenos, algunos públicos, otros privados o incluso muchos que no han salido del reducto de tu mente. Y todos ellos se verán diluidos en todos esos recuerdos malos que parecen ocuparlo todo.

Para evitarlo este año os proponemos un «juego». Es muy muy fácil, y para todos los públicos. Singles, parejas, compañeros de piso, y también ideal para familias con niños. Que aprendan desde peques a salir de la queja, a reconocer lo bueno y apreciarlo.

¿Cómo lo hacemos?

Comprad un tarro de cristal grandecito, de 1 litro por ejemplo, o uno que simplemente os guste. Si lo hacéis con niños les encantará decorarlo o pintarlo de colores con laca de bombillas. Muchos adultos disfrutamos el decorarlo como si fuéramos niños, no te cortes. También necesitaréis un taco de papelitos de colores (tipo post-it pero sin pegamento).

A partir de que se inicie el año cada vez que os pase algo bonito y digno de sonrisa, irá al tarro. Cada vez que hagáis algo de lo que estáis orgullosos o alcancéis una meta propuesta. Cuando conozcáis a alguien nuevo o hagáis algo por primera vez. Cuando una noticia os emocione y sea digna del recuerdo. Al llegar a casa lo apuntáis en uno de los papelitos, lo dobláis y lo metéis en el tarro. También podéis crear una rutina en la que cada persona de la familia piensa algo que apuntar que ha pasado o ha hecho ese día.

Según pase el año se irá llegando de buenos momentos. Cuando parezca que todo va mal puedes abrirlo y leer unos cuantos mensajes. Intenta recordar cuándo fue y rememorar esa sensación. Tendrás una reserva de felicidad, una bombona de oxígeno cuando te falte el aire.

Cuando 2017 acabe podéis abrir el tarro y leerlos en compañía, comentar aquellos momentos que más os gusten. Seguro que surgirán anécdotas y sonrisas.

En este sentido, queremos compartiros una experiencia personal. Durante un tiempo compartí piso con una amiga, y cuando se mudó empezamos un tarro. Nos repartimos los colores; yo azul, ella rosa, el verde para cosas que nos pasaran a las dos juntas y el naranja para eventos «externos», como buenas noticias. Fuímos llenándolo y cuando tuvo que volver a su casa (en otro lugar de España) abrimos una botella de vino y el tarro. Nos fuímos leyendo los papeles, comentando cada una anécdotas, o rellenando los huecos de las historias. Estuvimos casi dos horas leyendo. Hubo algunas lágrimas de alegría, ojos brillantes de felicidad y muchas risas. Fue la mejor manera de cerrar un ciclo.

Nosotras vamos a empezar uno. Ya os mandaremos alguna foto cuando esté medio lleno de felicidad.

¡Feliz año nuevo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *